jueves, marzo 06, 2008

Erízame la piel


...Era guapísima, pensó. La mujer más guapa del mundo. Un vestido negro, escotado por detrás, el pelo recogido en la nuca. Unos ojos grandes e inteligentes que lo miraron, como si se pasearan por dentro de ti, escudriñándote cada rincón, y esa certeza te eriza la piel. No sabía cómo se llamaba, ni quien era.
Pero comprendió que era ella. Así que venció el nudo que se le había hecho en la garganta y dijo, aquí te la juegas, chaval, te juegas el resto de tu vida, y a lo mejor haces el ridículo más espantoso; pero sería peor no intentarlo. Así que se fue derecho hacia ella, recorriendo esos cinco últimos metros que ningún hombre inteligente franquea si no son los ojos de la mujer los que invitan a recorrerlos...





(Perez Reverte)

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